Son y proporción.
Para lo que el día dibujó.
A veces desearía escribir obsenidades para darme cuenta que nadie lee esta lechonada.
Pero hoy me quiero terapear, así que me pasaré lo anterior ah sí sí sí.
Despertar con gargajos interrumpiendo el aire ha de ser muy comodón.
Pero qué qué, no, no lo es.
Con un cuerpo que vibraba al sentir las manecillas del reloj detenerse en la hora de lo habitual para acomodarse a las actividades.
Equivocada, yo no estoy en la línea frecuente.
Desaparesco, vengo, voy, nadie aviso, me cuesta dominar los argumentos para las continuas mudanzas.
Aquí es dónde las piezas del rompecabezas no encajan, ignoro los enlaces, sólo aviento palabras que anteriormente caian con delicadeza.
¿Continuo?
Vibrando pisaba el frío de los azulejos, sintiendome desgastada, con apetito de morder las nubes y consumir la emanación de la blanca amiga.
Es que es mucho más que una caja de cereal atinandole hacia donde explotaré.
Elegí, mejor, a las migajas que se reunen en el centro satisfacción.
Confiarle al cambio me comprime con pavor, aprenderé de las sorpresas sorpresas sorpresas, bam bam bam, dandole con el estilo Picapiedra, un mazo rompiendo fluorescenia convertida en piedra.
Quiero delizarme una vez más, alguien sea mi asociado.
¡Animado! Es resbaloso, acompañada mejor.
Para modificarle, escribo que me la estado cotorreando con un buen disco todo el día, para acabar el domingo con una suspirada adicional.
¿Qué más?
Busco fans para que me den cacahuates y yo sea un trompo colorado.
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