martes, 30 de agosto de 2011

Asíntota

El día que te conocí, fue un día que no recordaré. El día que te volví a ver, tampoco te quise contar. El día que te encontré, entraste por la puerta equivocada en apariencias, mas correcta en interior.
Me hiciste querer recitar los números que imaginé entre las cortezas de un libro. Ahora cada vez que te veo sonrío, creyendo que las sonrisas se convertirán en expresiones, en la verdad de cuanto te esperé cuando no sabía de ti.
Aquí va otra incertidumbre con destinatario, cargando rítmicas ondulaciones queriendo sincronizarte. Aquí va otra ruptura de constancia, queriendo concordar con una de tus piezas.
Voy llena de entereza pensando en cómo no puedo acercarme. Voy recolectando energías hasta toparte de nuevo para armar este cofre de eufonías.

2 comentarios:

Miguel dijo...

I really fuckin' like it!

Un viejo asiduo dijo...

O como dijo Galeano

La Utopía está en el horizonte.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte
se desplaza diez pasos más allá.
¿Entonces, para qué sirve la utopía?
Para eso: sirve para caminar

Mitoteros